martes, 3 de marzo de 2015

Principios

Sabía que al cambiar después de país después de cuatro años, los inicios no iban a ser fáciles. Sabía que las comparaciones, odiosas, iban a ser inevitables. Sabía además la injusticia implícita en esas comparaciones, porque una tiende a comparar los finales de un sitio con los principios de otro, y no principios con principios, que dicho sea de paso, fueron duros también en Kigali.

Todo este párrafo para explicar que era muy consciente mentalmente de lo que me iba a encontrar, sabía qué esperar, etc. Pues bien, una cosa es saberlo conscientemente y otra es vivirlo.

Las circunstancias que tengo en esta ciudad no favorecen en nada el conocer gente. Trabajo sola, vivo sola, y además viajo bastante por lo que no estoy mucho tiempo de seguido en Lima. En cuatro meses me he mudado dos veces. En conclusión, no tengo la sensación de rutina, o vida conformada en esta ciudad, aún.

No digo que no llegue a ocurrirme y que me adapte y llame a esta ciudad mi hogar, al menos temporalmente, porque nunca se sabe lo que va a ocurrir. Lo que digo es que ese momento no ha llegado, y que aún lo veo lejano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario