viernes, 6 de marzo de 2015

Mil mares

A mi vecina le gusta Laura Pausini. Mucho. Le gusta mucho Laura Pausini, Le gusta tanto, que las 7 de la mañana es para ella una hora estupenda para escucharla a decibelios insoportables, no pudiendo decidir entre tú y mil mares.

Yo pondría mil mares entre mi vecina y yo (asumo que es una mujer, pero quizá me equivoco) a esas horas cuando Laura me despierta con sus gritos.

Entre esto, y el hecho de que el domingo se oyen los cánticos con organillo casiotone de algún tipo de iglesia pentecostal que está al lado, sé que he encontrado mi depar. Es mi sino, iglesia ruidosa y vecinos coñeros, hay cosas que nunca cambian.

Por lo demás, está guay sentirse en casa. Me gusta el nuevo depar.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Gatórrido romance

Creo que beso a mi gato una media de diez veces al día. Un poco cuando me despierto por la mañana, un poco cuando vuelvo del trabajo, y el resto a la noche, viendo series en el ordenador.

Si no fuera por la ola de afecto que me inunda en casa, ya me hubiera ido del Perú...

martes, 3 de marzo de 2015

Principios

Sabía que al cambiar después de país después de cuatro años, los inicios no iban a ser fáciles. Sabía que las comparaciones, odiosas, iban a ser inevitables. Sabía además la injusticia implícita en esas comparaciones, porque una tiende a comparar los finales de un sitio con los principios de otro, y no principios con principios, que dicho sea de paso, fueron duros también en Kigali.

Todo este párrafo para explicar que era muy consciente mentalmente de lo que me iba a encontrar, sabía qué esperar, etc. Pues bien, una cosa es saberlo conscientemente y otra es vivirlo.

Las circunstancias que tengo en esta ciudad no favorecen en nada el conocer gente. Trabajo sola, vivo sola, y además viajo bastante por lo que no estoy mucho tiempo de seguido en Lima. En cuatro meses me he mudado dos veces. En conclusión, no tengo la sensación de rutina, o vida conformada en esta ciudad, aún.

No digo que no llegue a ocurrirme y que me adapte y llame a esta ciudad mi hogar, al menos temporalmente, porque nunca se sabe lo que va a ocurrir. Lo que digo es que ese momento no ha llegado, y que aún lo veo lejano.